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Covid: Antes y después del sistema de moda

Covid: Antes y después del sistema de moda

Covid: Antes y después del sistema de moda

Autor

Alicia Posadas Fábregas

Con el universo de los objetos, de la publicidad, de los mass media, la vida cotidiana y el individuo ya no tienen un peso propio, han sido incorporados al proceso de la moda y de la obsolescencia acelerada: la realización definitiva del individuo coincide con su desubstancialización.

«La era del vacío: ensayo sobre el capitalismo contemporáneo»
Gilles de Lipovetsky

En 1983 el filósofo y sociólogo francés Gilles de Lipovetzky aplicaba el concepto de obsolescencia al sistema de consumo de la moda. Pronosticando un agotamiento acelerado del sistema productivo.

Hasta principios del 2020 seguíamos guiándonos por un esquema verticalista  impulsado por la democratización del sistema de la moda a través de la masiva acción de las grandes tiendas:

          • Pasarelas internacionales con colecciones crucero cada vez más tempranas.
          • Eco inmediato en las grandes cadenas para anunciar el inicio de temporada.
          • Dosis de moda de mandato influencer.
          • Testeos de innovación a través de colecciones cápsula.
          • Lanzamiento continuo y reformulación de novedades.
          • Colecciones fragmentadas y frecuentes.
          • La rebaja institucionalizada.
          • La presencia de modelos sueltos y desarticulados.
          • Tiendas con abastecimiento permanente.

 

Antes de llegar a la hiper-producción

Hasta llegar al estado de hiper-producción e hiper-oferta, hubo algunos momentos de interpelación. Los diseñadores independientes que hacia fines de los 90 utilizaron sus propias limitaciones productivas para resaltar su Identidad propia. Crearon un nuevo nicho al comenzar el nuevo siglo: la ropa de autor.  Apoyados por un mercado de minorías que valoraban un producto de impronta personal. Algunos startup originados en tiendas pequeñas o mercadillos callejeros se convirtieron en marcas, incorporándose a la lógica impuesta por el sistema y  la competencia masiva.

Covid: Antes y después del sistema de moda

El presente de hiper-producción

Hacia el 2010, la socióloga de moda Susana Saulquin describía un futuro de la moda más parecido a la personalización de estilos. De la ropa de autor que a la lógica masiva.

La fuerte obediencia de las prendas actuales a los requerimientos de los otros se desplaza orientada por la atracción de las formas reales del cuerpo humano y la comodidad. Podemos decir entonces que marcha hacia un vestido más estable, en una sociedad que organiza sus nuevos códigos de prestigio, trasladándolos desde el derroche y el consumo hacia el ocio y el juego creativo.

«La muerte de la moda»
Susana Saulquin

La pandemia y su consecuente impacto ambiental y social han hecho visible que se requiere bajar la marcha ante un mercado de recesión. Emprender un camino de reindustrialización asociado a los objetivos del nuevo Green Deal. El Pacto Verde Europeo establece el objetivo de transformar a Europa en el primer continente climáticamente neutro de aquí a 2050. Ambicionando una sociedad equitativa y próspera, con una economía eficiente en el uso de los recursos.

Mientras se deja claro que el camino productivo es la circularidad a través de una industria limpia. Regulada, transparente, ética con las personas y el ecosistema en que se produce y se vive. La estrategia comercial es la sostenibilidad.

La consolidación de la venta online facilita generar y promover una red de pequeñas unidades de negocio en constante crecimiento. Que juntas demanden la producción a escala de materiales sostenibles, equilibrando su coste.

El futuro de la producción de moda

Pero, qué futuro depara a las IDEAS que son el motor del sistema productivo de la moda?

La moda Post Coronavirus necesita nuevas ideas e inspiración para responder a la necesidad de una nueva identidad en el vestir. Más acorde a la nueva realidad que vivimos. Volver la mirada sobre los startups de moda sostenible (actuales diseñadores-autor). O centrarse en el concepto de las propias propuestas capsula  de las marcas como modelo de propuesta. Parece una posibilidad inicial y viable para garantizar la circularidad con una pequeña inyección de concepto que asomaba tímidamente.

Otra idea más disruptiva podría esbozarse retomando los conceptos de Saulquin cuando explicaba la necesidad de una moda más personal. De un vestir como expresión de uno mismo a través del ocio y el juego.

El confinamiento por la pandemia ha abierto nuevos espacio de ocio y esparcimiento en nuestras casas. Nos ha recordado el valor del Tiempo para el sentir. Ha dado permiso a horarios cambiados que dan lugar a la mirada propia interna por sobre la mirada de lo demás. Las casas pueden transformarse en la nueva Matrix desde la cual observamos y generamos un nuevo mundo apoyados en la tecnología.

Así como para los niños el juego es una herramienta para adaptarse a las nuevas realidades que les toca vivir. Es posible plantearse un futuro para la comercialización de moda como juego creativo de marca personal.

En épocas de juegos virtuales e inteligencia artificial. También la moda puede valerse de las nuevas tecnologías 5G que estarán disponibles para agregar sensorialidad al juego de crear nuestro propio personaje. Un avatar que pueda cambiar, volar con la imaginación de cada individuo.

Imaginemos el nuevo vestir hecho con el propósito último de conservar el planeta. Tiempos productivos con concepto de permanencia. Tantas opciones de estilo y experiencias de compra como realidades aumentadas puedan crearse desde la personalidad de cada uno.

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