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El concepto de moda y futuro siempre ha tenido la imagen de un Cyborg: un cuerpo humano con partes de robot, ensamblaje de hombre y máquina.
El origen de esta visión futurista es el movimiento transhumanista, que comenzó el informático Marvin Minsky escribiendo sobre inteligencia artificial.
En 1968 Minsky y su equipo asesoraron en la creación de HAL 9000, un ordenador super inteligente que superaba al cerebro humano en la película 2001 Odisea del espacio.
Más tarde en1982, la película Blade Runner mostraba una oscura sociedad del futuro donde la Bioingeniería hacía posible una raza de androides replica de humano.
Historia de la moda y el futuro

Así como las vísperas del primer alunizaje y 2001 Odisea del espacio inspiraron la moda Space Age de los 60s y 70s, Blade Runner marcó el surgimiento del estilo Ciberpunk en los 80s con continuidad en Matrix que influenció estéticamente las colecciones de moda en el cambio de milenio.
Pero la moda de los 60s tuvo algo que la hizo diferente. En un contexto de desarrollo de la industria aeroespacial, se invirtió en investigación y creación de nuevos materiales de alta tecnología con el objetivo de lograr la adaptación del hombre a las condiciones del espacio.
El Programa Gemini de 1962 amplió la investigación en textiles y la industria tuvo el desafío de llevar el desarrollo de fibras poliméricas a otro nivel. El traje espacial EVA protegía a los astronautas del calor, el frío, las radiaciones y la nula presión atmosférica del espacio.
Los diseñadores de los 60s se inspiraron en este hito para la humanidad y revolucionaron los códigos estéticos de la moda. Influenciaron la morfología de las prendas con nuevas siluetas e incorporaron materiales de estética futurista como vinilo, plástico y metal.
Paco Rabanne experimentó con prendas hechas en materiales no textiles. A partir de piezas metálicas, aplicando técnicas de pegado y ensamblaje en formas geométricas. Sus comienzos trabajando en joyería para la firma Nina Ricci, le aportaron conocimiento sobre los ensamblajes de metal que aplicó a sus vestidos.
La moda de los 60s en busca de imaginar nuevos códigos estéticos para el futuro generó una gran ruptura. Las colecciones revolucionaron el concepto estético, morfológico y la materialidad de las prendas. Otras disciplinas aplicadas a la moda aportaron nuevos métodos y con ello la innovación del trabajo interdisciplinar, la fusión de disciplinas.
Nuevos tejidos
Fuera de la estética de las pasarelas, hubo grandes resultados en la innovación sobre polímeros sintéticos. Fibras como Nomex y Kevlar terminaron incorporándose al textil definitivamente para uso deportivo e industrial. El tejido no tejido Tyvek que también fue moda en los 80s, hoy se utiliza en equipos de protección para virus como el Covid.
El Neopreno utilizado para el interior del traje espacial, inspiró una imagen tecnológica y futurista para acabados de tejidos convirtiéndose en tendencia de moda de las siguientes décadas.
Biotextiles
Z-2 es un prototipo de traje espacial ideado para recorrer la superficie de Marte. Gracias a la tecnología se está desarrollando un material que incorpora nanotubos hechos de carbono, boro y nitrógeno. El objetivo es conseguir un nuevo material ligero y resistente para misiones de larga duración en el entorno marciano.
Mientras la NASA sigue encabezando el desarrollo y la investigación textil del futuro aquí, en la tierra, la Bio fabricación de telas promete ser una revolución en diseño de nuevos materiales.
Las nuevas telas que crecen en laboratorio son una realidad a pequeña escala. Piel en base a células de colágeno animal con acabado de cera de abejas. Seda que soporta temperaturas bajo cero en base a telas de araña. Suede respirable y repelente al agua en base a hongos. Equipos multidisciplinares dentro de Modern Meadow,The North Face y MuSkin comienzan a utilizar la biología sintética, combinando biología y química, para crear nuevos materiales para la moda.
Así como la poliamida 6.6 fue el polímero sintético que revolucionó la industria de la moda del siglo XX, los Biotextiles son polímeros de base biológica que pueden ser la revolución de materiales del siglo XXI.
Bio Bots es la impresora 3D creada para imprimir biomateriales, inclusive piel y tejidos humanos. Diseñada para uso de pruebas de fármacos, incluye además de hardware y software, un wetware que representa el core de su innovación. Aunque todavía no pueden ser considerados como productos de consumo, los Biotextiles existen, se están desarrollando y aún sólo se aplican a prototipos.

El diseño inteligente
Iris Van Herpen es una diseñadora alemana creadora de una nueva visión futurista. Ella fusiona la alta costura con la tecnología para crear formas esculturales.
“Moda y arte son un reflejo de quienes queremos ser, en quienes nos queremos convertir. Mi rol en esta búsqueda es hacer que la moda sea más colaborativa”
Interesante y disruptiva, Van Herpen se inspira en procesos biológicos y adaptativos observados en la naturaleza como el mimetismo.
Reúne información sobre biología con expertos, profundiza en los mecanismos de la naturaleza para lograrlo y reproduce el mimetismo en las prendas que diseña.
Reconoce las técnicas tradicionales de confección y las redefine con herramientas modernas. Incorpora la impresión 3d como técnica de construcción complementaria y como forma de aportar a su evolución. Con estas piezas logra tridimensionalidad en las texturas aportando micro movimientos a la prenda.
Es innovadora en el uso de materiales como siliconas, acrílicos, rellenos minerales y resina. El resultado desafía las convenciones sobre la materialidad en la moda.
El trabajo de Van Herpen es interdisciplinario. Busca colaboradores en profesiones fuera de la moda, como la ciencia, el arte, la arquitectura, biología e ingeniería. Incorpora la tecnología como forma de artesanía utilizando el mundo digital como atelier.
Moldear la moda inteligentemente
Observar a artistas visionarios que sostienen algún tipo de verdad como Van Herpen, puede ayudar a encontrar una dirección. No la única, no la de todos, sino alguna de todas las direcciones que potencialmente existen para la moda.
Así como los Biotextiles son parte de una realidad apta para ser implementada a pequeña escala, el cambio de modelo de consumo por temporada comienza a ser parte de la realidad de la moda a gran escala. Poco a poco, el Slowfashion se instala en las marcas. Ya tenemos algunas pistas de hacia dónde dirigirnos y de cómo reinventarnos.
Textiles del futuro
El Eco diseño es un enfoque central indiscutible. Algunos podremos implementar el uso de materias primas provenientes del reciclado y la revisión del proceso de producción. Otros elegiremos el diseño para la durabilidad alargando el ciclo de vida útil de la prenda y asumiendo su coste. Todos evaluaremos la viabilidad de reciclado o upcicling. Revalorizaremos el producto reciclado y/o diseñaremos para la reparabilidad.
Confrontaremos un Prosumidor capaz de evaluar su elección de compra que implica direccionar nuestra estrategia de colección. Analizaremos el ciclo de vida de cada producto dentro de nuestra colección, su viabilidad de ser reintroducido en el esquema de proceso circular. Contribuiremos a la disminución de emisión de microplásticos en el lavado desde la elección de materiales y desde el etiquetado. Revisaremos la información sobre el cuidado de las prendas.
Implementaremos el nuevo modelo de negocio circular apoyándonos en la formación de los equipos de trabajo con conocimiento específico sobre la energía consumida en los procesos.
Sabemos que el proceso textil es largo y pasa por varias empresas que cumplen cada paso. Desde la preparación de la fibra y acabados de la misma, la hilatura y sus acabados, la tejeduría y tintorería, el corte y la confección, de nuevo los acabados.
Más allá de toda estética futurista y de los materiales que se desarrollen con un propósito de circularidad, para producir la moda del futuro necesitaremos revalorizar la cultura del textil. Y dar a conocer los procesos que están detrás de la prenda para conseguir la valoración de un nuevo mercado.