
Re-industrialización del sector textil confección
¿realidad o utopía?
Autor
Dámaso Enrique López del Valle Martínez
Consultor de Ingeniería de Procesos
¿Cuando termine el confinamiento volveremos a la normalidad?
¿Pero a que normalidad?
Cuando termine todo esto que está sucediendo, que no era esperado por nadie. Y menos por una industria que creía que su paradigma era perfecto, costos bajos en ultramar, calidad media y márgenes de ganancia más altos. ¿Qué “normalidad” nos vamos a encontrar en la parte comercial e industrial?
“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto cambiaron todas las preguntas.”
Mario Benedetti
Creo que la “normalidad” que nos encontraremos simplemente será diferente. Tendremos que crear una nueva “normalidad”. Porque las formas de socializar serán distintas, por lo menos en un principio.
Hagamos el análisis en un proceso inverso desde el cliente hasta la creación del producto
En las tiendas físicas no podrá haber aglomeraciones. El espacio físico tendrá que ser ocupado organizadamente para no contagiarnos. Se controlara el aforo hasta que salga una vacuna y se erradique del todo el Covid19. Esto hará que la presencia de clientes sea mucho menor en aproximadamente un 50%. Evidentemente se resentirán las ventas considerablemente.
Y hablando en términos de “Dirección por Limitaciones”, aquí tendremos nuestro primer cuello de botella, mejor dicho, nuestra primera limitación, no se venderá como antes. Esto nos hará entrar en un proceso de mejora continua. Deberemos ir mejorando cada limitación que se nos presente en nuestra línea de negocio. Creo que tendrá que entrar en juego un Marketing más humanizado, más enfocado a las personas y sus sentimientos vitales. No se seguirá vendiendo por castigo. Las tiendas ahora tendrán que salir a buscar al cliente. Tendremos que contactar con él por medio de mails o telefónicamente, quienes tengan estos datos. Habrá que empatizar con él. Se tendrá que cambiar la pregunta de ¿en qué puedo ayudarle?, por ¿cómo se encuentra? Y seguidamente ofrecerle nuestros productos. La venta On-line será un arma mucho más importante que hasta ahora, pero habrá que cambiar Glamour por humanidad, cercanía y empatía.
El consumidor post covid
Evidentemente el consumidor de camisetas de 2€ y tejanos de 12€, que se encojen, se estiran, o se decoloran llenándose de esas bolitas tan feas, no tiene nada que ver con esto. Para él seguirá estando la moda Low-Cost. Para el resto de segmento de clientes, se necesitarán más tiendas multimarcas. Con vendedores expertos, del que sabe cómo está confeccionado el producto, cómo reacciona una tela y te ayuda con su consejo a decidirte por la prenda adecuada. No como hasta ahora que lo que te encuentras en una tienda, son simples reponedores de producto.
El nuevo Proveedor
En el trato de las empresas de confección con las tiendas pasara lo mismo. Nuestro Proveedor debe pasar a ser parte de nuestra empresa. La tienda sin la empresa fabricante no puede vivir y viceversa. Esto solo se conseguirá con emprendedores, que crean que esto se puede sacar adelante. Con un producto “Hecho en España” y con un trazado de sostenibilidad total.
“Un magnífico éxito siempre es acompañado de un enorme riesgo de fracaso. Para alcanzar las metas más elevadas debemos asumir los riesgos más enormes.”
Winston Churchill
Después de la segunda guerra mundial Europa se reinvento con una sociedad donde la mayoría de personas en edad militar habían fallecido. Se quedaron sin médicos, sin ingenieros, sin expertos de diferentes oficios, sin peones. En el sector textil, hoy en día no quedan técnicos, cortadores, costureras, planchadores, etc. Solamente se salvan los patronistas, que al ser relativamente necesarios para la fabricación asiática, son profesionales que han sobrevivido a la externalización de la producción textil.
El nuevo taller

Los nuevos talleres tendrán que ser creados con nuevos conceptos de sistemas de fabricación. El viejo sistema de producción por paquetes de prendas. Con primas pagadas por productividad. Haciendo siempre la misma operación a la mayor velocidad posible. Sin tener muy en cuenta la calidad, está obsoleto. Te cargas de circulante, de buffers entre secciones y por máquinas, y de minutos no productivos, que son “desperdicio” a eliminar lo antes posible. Las nuevas fábricas de confección textil deberán tener sistemas de fabricación “flexible” en línea continua o módulos, prenda a prenda, con la mayor polifuncionalidad posible en cada operario de la sala de costura.
Y es fácil de entender porque tienen que ser diseñados con sistemas de Fabricación Flexible. Si con el sistema antiguo teníamos 2000 prendas, que representaban 5 días de trabajo. Lo habitual es que no pudiésemos facturar ni una sola prenda hasta que no llegaran todas al almacén de producto acabado. Es decir hasta el quinto día. Con un sistema de Fabricación Flexible de línea continua o modulo, podremos tener terminadas diariamente 400 prendas. Para ir sirviendo y facturando en base a las fechas de servicio de cada cliente. Con el sistema antiguo, muchas veces se generaban retrasos en las entregas, por la espera de salida de todas las prendas. Que llevaban acompañado una mala imagen ante nuestros clientes, incluso con devoluciones de la mercancía enviada.
Con la Fabricación Flexible, al no tener buffers intermedios, ni minutos de sobre almacenamiento, reducimos el tiempo tipo de la prenda, ganando en productividad. Y al poder facturar desde el primer día, estamos ganando solidez financiera al lograr cobrar lo antes posible.
Creando marca España
Habrá que comprar todas las fornituras posibles a fabricantes españoles. Tendremos que invertir en formación de personal, en maquinaria de última generación y en sistemas integrales de gestión. Y crear una cultura de industria nacional fuerte, creando marca España. Tratando de favorecer a esa prenda que pueda poner una etiqueta con la leyenda “Hecho en España”. Que seguramente, tendrá mejor diseño, calidad y sobretodo retroalimentara la economía nacional.
Ojalá sea cierto, después de tantos años,,y queden profesionales.
Asi es María, esperemos que seamos capaces de recuperar esta industria.
Genial reflexión!….ojalá vuelva, aunque solo sea un 20%. No estoy segura. Sin embargo si estoy de acuerdo con la humanización de las marcas/empresas/proveedores/clientes, además creo ha venido para quedarse.
Esperemos que vuelva ese 20% Montse!