
Re-localizar la producción Textil
¿Llego la hora de traerla de nuevo a España?
Autor
Dámaso Enrique López del Valle Martínez
Consultor de Ingeniería de Procesos
Si hace tres meses cualquier persona que me hubiera dicho lo que hoy en día está pasando, como cualquiera de nosotros, habría pensado que estaba loca.
¿Llego la hora de volver a re-localizar la producción Textil?
Yo creo que sí. Ya es hora de traer la producción de nuevo a casa. Aparte de que lo diga gente tan preparada como José María Gay de Liébana y varios empresarios textiles importantes.
De repente un virus ínfimo, nos ha demostrado lo frágil que era el paradigma de la cadena de suministro en ultramar. Nos afanamos en plasmar en nuestras empresas que somos modernos y que nuestro suministro está bien tenso. Que no tenemos circulante sobrante, que nuestros costos están reducidos al mínimo. Trasladando la producción a países donde hacen trabajar a sus operarios jornadas maratonianas de siete días a la semana y a niños en condiciones ínfimas de salubridad y morales. Haciendo la vista gorda o mirando para otro lado, porque evidentemente esos niños no son nuestros hijos. Y todo esto para ser competitivos en costos. Pero con el Covid19 nos hemos quedado todos parados, porque la cadena se ha roto.
No digo que de un día para otro se tiene que traer la producción de nuevo a España. Aparte es imposible, ya no hay fábricas, no hay técnicos, sobretodo no hay costureras, no hay manos, no hay “saber hacer”, no hay industria. Perdimos la percepción de que lo “Hecho en España”, es mejor que lo hecho en Asia.
Hecho en España
Un país es fuerte, cuando tiene una industria fuerte. Fábricas de todos los sectores de diferentes tamaños. Porque generan puestos de trabajos, se les da un medio de vida a nuestros vecinos y a nosotros mismos. Y retroalimenta la economia cercana.
Evidentemente los costos no serán los mismos. Nos vamos a tener que poner manos a la obra para ser mejores en organización, en ingeniería de procesos, en maquinaria, en diseño y en la calidad del producto. Para reducir por estos medios lo máximo posible de coste. Y nosotros como consumidores volver a comprar esa prenda. Que va a ser un poco más cara. Que nos duraba 5 años sin que se rompiera. O ese traje, a medida o en serie, que lo tenías que dejar aparcado porque se pasaba de moda el corte, pero seguía tan útil como el primer día.
Ojalá volvieran las tiendas multimarca en los barrios y centros comerciales. Y que empezáramos a querernos un poco más. Haciendo que sea creíble que el “Hecho en España”, escrito así en castellano, que es nuestro idioma. Porque cuando compremos ese producto, será mejor. Durará más y estaremos creando de nuevo una industria fuerte, que hará que nuestro país sea cada vez más grande. Y evitar que nos vuelva a pasar lo que nos está sucediendo estos días…
Un cordial saludo a todos, esperando que ustedes y sus familias se encuentren bien.
Dámaso Enrique López del Valle Martínez
Consultor de Ingeniería de Procesos
Las cámaras de comercio tienen que empezar a concienciar a la población y también a las compañías que hay que consumir productos !!! NACIONALES !!! Si no lo hacen nos vamos todos a la ruina
Hoy miraba unos datos.
El 2.8 del PIB de España es aportación del sector téxtil. Pero la aportación de la industria manufacturera es solo del 5.6%. Con tan solo esos datos podemos calcular la dimensión de la importancia de potenciar la industria y el margen de crecimiento que puede tener.
[…] y en sistemas integrales de gestión. Y crear una cultura de industria nacional fuerte, creando marca España. Tratando de favorecer a esa prenda que pueda poner una etiqueta con la leyenda “Hecho en […]
En su día, años 80’s «regalamos» tecnología y conocimiento» en aras del «beneficio rápido» a países emergentes, países de los que ahora dependemos. ¿Aprenderemos la lección?
Espero que sí que algo aprendamos.
Si algo hemos aprendido estos días es que la industria SALVA VIDAS.
Yo creo que sí que hay mano de obra. Pero que está tan devaluada que poca gente quiere sacrificar tanto por nada.
La profesiones del mundo de la costura llevan acarreando lo que es la discriminación de trabajar en uno de los sectores feminizado históricamente.
Solo hay que coger los libros de historia y ver cómo los hombres trabajando en el mismo sector tenían otras categorías superiores: el mundo de la sastrería, la sombrerería. A día de hoy sigue susistiendo ese mundo extraño y algo desfasado de las sastrerías, donde las que cosen son modistas y los que dibujan o cortan el patrón son sastres, no es porque las mujeres solo sepan ser modistas es que los sastres solo pueden ser hombres(seguro que habrá alguna excepción, espero)
Pues eso, si observáis el tejido educativo, el número de graduados y los puestos de trabajo habrá un excedente de gente formada, pero que cuando descubre los entresijos del sector se decepciona al sentirse infravalorada tanto en sueldo, largas jornadas y trato muchas veces crispado por la imperiosa obsesión de realizar una actividad que en sí es delicada y lleva su tiempo.
Demos valor al trabajo manual y a los oficios, para que la gente acepte con agrado esos puestos y no nos quejemos de no encontrar mano de obra.
Así es Silvia, llevamos demasiados años en el que se ha ignorado el valor del oficio. Una devaluación que ha ido acompañada de la pérdida de valor de la ropa «bien hecha».
Se necesita mucho oficio para que la confección de una americana, un vestido, un pantalón… siente bien. Una prenda bien hecha no solo de valor a la propia prenda, también da valor a la persona que la viste.
Creo firmemente en un cambio de paradigma, en dejar de producir excedentes, en dejar de comprar compulsivamente, en tirar en lugar de arreglar, en volver a valorar los oficios, en considerar el servicio (no la servidumbre) a los demás como una meta vital, en acoger de nuevo los protocolos de respeto y amabilidad… y todo eso será bueno para volver a producir con marca España, Catalunya, Euskadi, Galicia, Andalucía… sólo así podremos avanzar mano a mano con la tecnología, necesaria pero que no es nada sin nosotros.
No se puede expresar mejor Silvia!
No puedo estar más de acuerdo con todo lo dicho tanto en el artículo, como en las respuestas o comentarios.
Soy confeccionista de muestras, con más de 30 años de experiencia, encontrar empresarios que entiendan que el oficio no es tanto rendimiento cómo calidad en mi trayectoria ha sido un imposible.
La etiqueta de «Hecho en España» tiene y debe ir acompañada de una calidad cuidada mimada y desarrollada en equipo.
Patronista, cortad@r, diseñad@r, confecccionistas que siendo el último eslabón de la cadena, no menos importante.
Esa es una de las lecciones aprendidas Reme, que la MODA, escrita así en mayusculas, es algo más que precio.
En los últimos años hemos ignorado ese algo más y la moda ha tocado fondo. Es hoara de rectifiquemos según la lección recibida. Hay mucho en juego.
Creo que los pocos de la textil aunque seamos mayores .cómo zurzidoras .tejedores .urdidores etc estaríamos dispuestos ha intentar enseñar ha jóvenes que quisieran aprender
Que mayor orgullo de enseñar a los que vienen detrás!
Una enorme oportunidad para reactivar la actividad textil de cabecera y manufacturera incorporándola a la nueva manera de ofertar y comercializar ropa y complementos que están transformando el sistema moda. La ropa a medida y personalizada que es virtualizada para vestir sobre avatares a semejanza de las clientes evitando ser producidas si no son antes compradas. Una oportunidad en la que podemos acceder a la tecnología pero para la que no contamos con manos expertas, con el saber hacer, como bien dice Dámaso. Tampoco con la formación profesional técnica y en diseño, actualizadas y orientada al nuevo paradigma. Una oportunidad en la que se podrían estableces miles de microtalleres que podrían ofertar la creciente demanda de ropa a medida personalizada a precios razonables al mercado global.