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A lo largo de la historia, la humanidad ha producido grandes cambios mediante la tecnología y la producción industrial. Que han sido el motor de un crecimiento sostenido. Durante toda la edad moderna, un sentido univoco de innovación se ha relacionado a la idea del progreso.
Pero el crecimiento constante ha demostrado ser un líder de pies de barro y este sueño humano de producción ilimitada nos ha convertido en un agente de cambio perjudicial para la ecología global.
En el marco de un futuro que hoy mismo sucede, la industria de la moda replantea su propio porvenir, creando y corporizando un nuevo sistema. Para ello, es necesario abandonar el paradigma de crecimiento permanente, o cambiar el concepto de crecimiento tal como lo conocemos.

El textil y la moda del futuro mediante la tecnología
De acuerdo al paradigma científico y vinculado con la tecnología, resulta más fácil conquistar nuevos territorios fuera de la Tierra que solucionar los daños causados al planeta. Si poblar Marte fuese ya una realidad concreta, el textil y la moda adoptarían un enfoque científico y específico sobre la funcionalidad de la prenda para adecuarla a usos prácticos. Nuevamente la innovación en tecnología y textiles sería orientada a la adaptación de la especie humana a la vida en otros planetas y atmósferas.
Aunque es una realidad que muy pocos experimentan. Esto sucede y sienta las bases para la investigación en textiles que más tarde salen al mercado para producir tejidos técnicos para la ropa deportiva. También es fuente de investigación para los textiles utilizados en la sanidad como hemos visto durante la pandemia.
En lo que a moda se refiere, el avance del eco design permite el desarrollo de materiales que visualizan el ciclo de vida completo de prenda. Fibras biodegradables, compostables y nuevas fibras sintéticas. También tejidos que combinan un porcentaje determinado de fibras recicladas.
El surgimiento del consumidor ético
El mercado del 2d hand se ha incrementado notablemente a partir de la pandemia en diferentes partes del mundo. Ya sea por necesidad económica o por toma de conciencia, un gran número de consumidores en busca de prendas de mayor calidad se han inclinado por la compra de prendas de segunda mano.
Oportunidad de la moda second hand
En el Reino Unido el mercado de la ropa usada en crecimiento sostenido, amenaza superar al mercado del fast fashion en 2029.
En otros contextos económicos como Sudamérica, también se vive un auge del second hand. En Argentina, la continuada crisis económica, recientemente profundizada por una larga crisis Covid, ha determinado que los consumidores de moda adopten nuevas conductas de consumo.
Un nuevo concepto del second hand ha llegado para quedarse: no todo lo usado es vintage.
Para los sectores medios y altos de consumo es una invitación a desprenderse de la ropa en desuso y ofrecer a otros la oportunidad de acceder a prendas de marca usada, a bajo coste.
La nueva moda de ropa usada es factor de alargamiento del ciclo de vida de la prenda. A través de la reutilización plasmada por el mercado de segunda mano. Constituye un agente de cambio para el bienestar social, contribuyendo a la reorganización del trabajo y de la sociedad.
África es el continente que más recibe prendas usadas. En Kenia, esta actividad afecta directamente a las políticas de gobierno. Los países que exportan prendas usadas a África pagan impuestos para su localización y aseguran fuentes de trabajo fundamentales especialmente para las mujeres. Las familias destinan el 95% de sus ingresos a sus gastos de manutención y el resto lo destinan a vestirse con ropa de 2da mano. Por cada 100 prendas usadas se desplazan entre 65 y 80 prendas nuevas.
El Recycling del fast fashion
Esta es una gran oportunidad para el fast fashion de reinventarse y dejar su huella de gran aporte a la circularidad. Si la forma original con énfasis en la la cadena de suministro y comercialización veloz pueden ser claves para utilizar esos mismos circuitos. Esta vez con la intención de alargar el ciclo de vida de sus productos lo más posible.
H&M Rewear es la segunda plataforma digital de la marca sueca lanzada en Canadá para vender y comprar ropa de segunda mano, sean o no de sus propias marcas. De esta manera se acerca cada vez más a incrementar la circularidad y a reinventarse de la mano de sus consumidores.
¿Donde se ubican las marcas de moda en este contexto?
Una forma efectiva de que las marcas de moda generen prendas con calidad suficiente para que puedan insertarse en este circuito de post consumo. Es mantener al saber hacer de la tradición artesanal.
Sería interesante que las marcas asumieran un rol activo y responsable de asegurar un ciclo de vida más largo de sus prendas a través de la calidad, autentificando su originalidad y otorgando durabilidad a posteriores dueños de segunda mano.
El mercado de segunda mano significará muy pronto un nuevo nicho a considerar. Los ciclos de consumo de este nuevo second hand son más cortos que los del vintage y dichas prendas puedan llegar una, o más temporadas más tarde, a segundos consumidores que aspiran a usar la marca. Consumidores reales que intervienen en otro ciclo de vida de la prenda al comprarla en segunda mano.
El Upcycling de las marcas
Lo que toca a la nueva generación de diseñadores y técnicos es la revalorización de los saberes del textil y la confección en clave de conservar. Preservar y mantener los conocimientos y el arte del saber hacer.
El Upcycling es reelaborar y reinventar las formas ya existentes, sin perder el toque original. En clave de proporcionar valor a objetos que están a punto de extinguirse, los diseñadores pueden aprovechar los recursos de los que ya se disponen.
Refrescar las tipologías inventadas, estructuras de la indumentaria que ya están creadas. Proporcionar un toque de aire fresco a la funcionalidad de las prendas atemporales, bien hechas. Volver a aquellos chistes en las prendas que las convierten en únicas y queribles. Que delatan el arte de la mano que las confecciona, que las convierten en especiales.